
La película Robocop, estrenada en 1987, es una crítica social a la privatización de lo público, la deshumanización urbana y el poder corporativo. El director Paul Verhoeven convirtió un encargo de acción en una feroz sátira del futuro neoliberal. La película se desarrolla en un futuro próximo en la ciudad de Detroit, donde la ley está casi ausente y la multinacional OCP gestiona el cuerpo de policía privatizado. El proyecto Robocop consiste en resucitar y reconstruir al agente Alex Murphy en un cuerpo mecánico, pero su mente se reprograma para que siga unas directrices específicas y olvide su identidad y su vida anterior. La película aborda temas como la deshumanización y la privatización de la policía, y anticipó la banalización de la violencia.