
En 1983, Mark Hamill descubrió que Marvel Comics había lanzado una adaptación de 'El Retorno del Jedi' en formato de cómic semanas antes del estreno de la película, lo que ponía en riesgo la sorpresa de la trama. Hamill contactó a George Lucas y a los ejecutivos de Lucasfilm, quienes presionaron a Marvel y a los distribuidores para retirar los ejemplares de las estanterías y frenar su venta hasta después del estreno de la película. Gracias a la rápida acción de Hamill, el daño fue mínimo y la mayoría de los fans llegaron a la sala de cine sin saber los secretos del final de la saga.