
Arabia Saudí ha decidido aumentar su producción de petróleo por segundo mes consecutivo, sumando 411.000 barriles diarios al mercado, lo que ha llevado a una caída del 4% en el precio del Brent y un 56% en el WTI. Esto se debe a una estrategia para disciplinar a los miembros de la OPEP+ que han excedido sus cuotas y para castigar a los rivales. La estrategia también busca desplazar a los productores más caros, como el fracking estadounidense, y anticiparse a un posible regreso de Irán y Venezuela al mercado internacional. Expertos como Giovanni Staunovo, Helima Croft y Javier Blas consideran que esta estrategia es una moderación de recortes anteriores y una declaración de principios para dominar el mercado.