
Un estudio de Statista revela que Reikiavik, en Islandia, es la capital europea más cara para tomar una cerveza, con un precio medio de 10,95 euros por medio litro. Le siguen Oslo con 10 euros y Londres con 8,36 euros. En contraste, Praga ofrece la cerveza más barata con un precio medio de 2,56 euros. Los precios varían según la ciudad, con factores como impuestos sobre el alcohol, demanda turística y competencia entre establecimientos influyendo en los costes.