
Un mosaico bizantino de 1.600 años, descubierto en el desierto del Néguev, ha sido restaurado y expuesto al público por primera vez. El mosaico, que forma parte del suelo de un monasterio bizantino, está compuesto por 55 medallones y miles de teselas de piedra, vidrio y cerámica. Fue descubierto en 1990 cerca del kibutz Urim y ha sido restaurado por la Autoridad de Antigüedades de Israel. El mosaico es un relato visual del mundo bizantino del siglo IV al VII d.C. y refleja una cultura híbrida y compleja. Ha sido integrado en un jardín arqueológico en la sede del Consejo Regional de Merhavim, donde se exhibe públicamente por primera vez en su historia.