
La solución más asequible para evitar que las malas hierbas crezcan en zonas con grava es utilizar placas de plástico, que dejan a estas especies sin sol, contacto con la tierra y agua. La instalación requiere nivelar la tierra y colocar las láminas de plástico sin fisuras, enterrándolas con gravilla a una profundidad de 5-8 centímetros. El plástico tiene una durabilidad de aproximadamente 2 años, pero puede alargarse con elementos anti rayos UV. Sin embargo, el plástico no es amigable con el medio ambiente y puede afectar el suelo y otras plantas. Para eliminar malas hierbas, se pueden utilizar trucos caseros como verter agua hirviendo o mezclar jabón, vinagre blanco y sal.