
Immanuel Kant ya apuntaba en el siglo XVIII que los alienígenas nos sirven como un espejo galáctico para comprender lo humano. La ciencia ficción moderna expande los límites de la imaginación para comprender lo que tenemos ante nuestras narices. Se estima que se matan más de 200 millones de pollos al día y se capturan más de un billón de peces al año, lo que contribuye al declive de la fauna marina y terrestre. La pregunta es si tendríamos que ver el descubrimiento de vida inteligente en otro planeta como algo más que la ocasión de nuevas carnes para la barbacoa. La utopía vegetariana es tan antigua como el Génesis bíblico y se refleja en obras como Un viaje a Venus de John Munro (1897), La máquina del tiempo de H. G. Wells (1895) o Vril, el poder de la raza venidera, de Edward Bulwer-Lytton (1871). La franquicia Star Trek tiene su planeta de vegetarianos en Vulcano, cuyos habitantes optaron por conducirse por los senderos de la pura lógica y son vegetarianos. La última pandemia de gripe surgida de las granjas avícolas ha dejado cientos de millones de animales salvajes y domésticos muertos en los cinco continentes.