
En China, el fenómeno de las 'casas clavo' se refiere a propietarios que se resisten a desalojar sus casas para que sean demolidas, convirtiéndose en un obstáculo para la construcción de nuevos proyectos urbanos. El término 'dīngzihù' se utiliza para describir este fenómeno, que se ha vuelto icónico en la lucha por la propiedad privada en el país. Casos como el de Wu Ping y Yang Wu, que se negaron a vender su propiedad en Chongqing en 2004, han llamado la atención de los medios. La casa de Edith Macefield en Seattle, que se negó a una compensación de un millón de dólares para abandonar su hogar, también es un ejemplo notable. Estos casos demuestran la resistencia de los propietarios a dejar sus hogares y la lucha por sus derechos individuales frente a la modernización y el avance del urbanismo.