
La tumba del Papa Francisco se ubicará en la Basílica de Santa María la Mayor, en el corazón de Roma, y estará compuesta por mármol ligur blanco. La sepultura será sencilla, con una lápida que lleva la inscripción 'Franciscus' y una reproducción de su cruz pectoral. El Papa Francisco pidió no ser enterrado en las grutas vaticanas, rompiendo con siglos de costumbre. La tumba estará iluminada de manera tenue y se prevé que sea un lugar de peregrinación. Más de 130 delegaciones internacionales asistirán a su funeral.