
En 1025, Mahmud de Gazni, un líder musulmán, entró en la India y destruyó el templo sagrado de Somnath, marcando el comienzo de la expansión islámica en el subcontinente. La dinastía de los mamelucos, fundada por Qutb-ud-din Aibak, se estableció en Delhi y expandió su territorio. La dinastía Khalji, liderada por Alaudín, también jugó un papel importante en la expansión islámica. El Imperio mogol, fundado por Babur en 1526, se convirtió en una potencia dominante en la India, con emperadores como Akbar y Sha Jahan, quienes promovieron la tolerancia religiosa y la arquitectura. La decadencia del Imperio mogol comenzó en el siglo XVIII, lo que llevó a la partición de la India y Pakistán en 1947.