
La isla de Ibiza enfrenta dos grandes problemas: la masificación turística y la plaga de serpientes que amenaza a la lagartija de las Pitiusas, una especie endémica. La culebra de herradura, introducida en 2003, se ha expandido por la isla y presiona a la lagartija autóctona. La expansión de la serpiente no solo afecta a Ibiza y Formentera, sino también a la red de islotes del archipiélago de las Pitiusas. La lagartija de las Pitiusas se ha llevado a otros lugares, como el País Vasco y el Zoo de Barcelona, para evitar su desaparición. La desaparición de la lagartija podría provocar una reacción en cascada que lleve a nuevas extinciones.