
Una empresa con sede en Londres está trabajando en un motor impulsado por nitrógeno líquido, que se expande 700 veces al pasar a estado gaseoso, lo que podría generar movimiento mecánico sin gases contaminantes. Los vehículos eléctricos y de hidrógeno tienen limitaciones, como el reciclaje de baterías y la obtención y almacenamiento de hidrógeno, que son costosos y requieren condiciones de seguridad y refrigeración estrictas. El nitrógeno es abundante en la atmósfera terrestre, lo que lo convierte en una fuente accesible y económica. La tecnología basada en nitrógeno podría redefinir el futuro de la energía sobre ruedas y combinar lo mejor del mundo eléctrico con la potencia de la combustión tradicional, pero sin sus desventajas ecológicas.