
La torre Feiyang en Shenzhen, China, es el epicentro del mercado negro de iPhones robados, donde se desmontan y venden por piezas. Los iPhones robados en todo el mundo, incluyendo Europa y Estados Unidos, terminan en esta torre, donde se les da una 'segunda vida'. La policía de Londres ha incautado 1.000 dispositivos robados y detenido a 230 personas en una sola semana, y se estima que el robo de móviles mueve unos 50 millones de libras al año. Los iPhones bloqueados por iCloud también tienen un precio de mercado en Huaqiangbei, donde se pueden vender por piezas. La torre Feiyang tiene una especialidad en la venta de iPhones de segunda mano procedentes de Europa y Estados Unidos, y los comerciantes pueden encontrar compradores para cada tornillo, cada chip y cada fragmento de los dispositivos.