
China y EEUU están en una carrera por dominar el campo de los robots humanoides con una inversión de 138.000 millones de dólares por parte del gobierno chino. Sin embargo, la obsesión por replicar la forma humana en máquinas puede ser un error, ya que la especialización supera a la generalización. La robótica industrial muestra que la especialización es más precisa que la imitación humana. Por ejemplo, un brazo robótico industrial de seis ejes es más preciso que cualquier intento de replicar la destreza humana. Los robots humanoides de UBTech tardan cuatro veces más que un humano en cargar un simple contenedor. La innovación real podría estar en máquinas que no imitan la forma humana, sino que resuelven problemas de formas inimaginables.