
China ha desarrollado un instrumento submarino capaz de cortar cables a 4.000 metros de profundidad, lo que ha generado inquietud entre expertos y gobiernos debido a su posible uso en sabotajes de infraestructuras críticas de comunicación. Los cables submarinos, que transmiten más del 95% del tráfico internacional de datos, son vitales para la economía digital y la conectividad global. Este desarrollo se produce en un contexto de tensiones crecientes entre potencias como China, EE.UU. y Rusia. El instrumento, presentado como una herramienta para operaciones civiles, podría ser utilizado para aislar digitalmente a otros países. Se han reportado incidentes similares en Taiwán, Suecia y Estonia, atribuidos a buques chinos y rusos. Para contrarrestar esta amenaza, se necesita aumentar la capacidad de reparación rápida y una cooperación internacional más robusta.