
La guerra entre Israel e Irán supone una amenaza para Intel, ya que su centro de desarrollo en Haifa, Israel, es fundamental para la innovación de la empresa. El centro ha sido responsable de importantes avances en microprocesadores, como la microarquitectura P6, que se utilizó en los procesadores Pentium M y la plataforma Centrino. La planta de fabricación de semiconductores de vanguardia de Kiryat Gat, a 50 km al sur de Tel Aviv, también está en riesgo. Aunque Irán ha concentrado sus ataques en la mitad norte de Israel, la región de Kiryat Gat no ha sido bombardeada hasta el momento. Sin embargo, la situación es incierta y la empresa podría perder importantes instalaciones y personal. La guerra ha causado ya la caída de 150 misiles balísticos iraníes en Haifa y otras regiones del norte de Israel. Intel tiene mucho que perder en este conflicto, especialmente si se considera que su centro de desarrollo en Haifa ha sido clave para su innovación durante los últimos 22 años.