
China invirtió fuertemente en infraestructura de Inteligencia Artificial, construyendo centros de datos a gran velocidad. Sin embargo, la demanda de hardware no se materializó como se esperaba y muchos centros de datos quedaron vacíos o subutilizados. Se estima que se gastaron 16.000 millones en NVIDIA H20 para inferencia. La industria se enfocó en entrenar modelos gigantescos, pero la revolución no llegó tan rápido y ahora se enfoca en la inferencia. Los errores de cálculo, la falta de experiencia en IA y la corrupción alimentaron esta burbuja. El gobierno chino podría intervenir para que las empresas que gestionan bien sus activos tomen el control de los que están dentro de esta burbuja.