
Un Boeing 787-9 con 231 pasajeros y 11 tripulantes fue rechazado en el aeropuerto de Nápoles debido a que su longitud de 63 metros superaba los 61 metros permitidos para la Categoría 8 RFFS del aeropuerto. El vuelo, que provenía de Filadelfia, tuvo que desviarse a Roma. Los pasajeros fueron trasladados en autobús o en vuelos operados por ITA Airways. American Airlines alegó 'limitaciones operacionales' y pidió disculpas por la interrupción del viaje.