
El escándalo destapado sobre una operación para desacreditar a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, presuntamente orquestada desde el PSOE y La Moncloa, marca un nuevo capítulo en la deriva autoritaria de Pedro Sánchez. Leire Díez, presuntamente enviada de Ferraz y vinculada al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, prometió beneficios judiciales al empresario Alejandro Hamlyn a cambio de información comprometedora contra el teniente coronel Antonio Balas, jefe de la UCO. La directora general de la Guardia Civil, Mercedes González, sanchista de pro, quería “suprimir” la UCO. Tomás Gómez, exsecretario general del PSOE de Madrid, defenestrado por Sánchez, lo ha descrito como un “tramposo sin escrúpulos ni límites”