
Claudia Sheinbaum, presidenta mexicana, respondió a la campaña antiinmigrante de Donald Trump con medidas firmes, incluyendo una reforma legal para prohibir la difusión de propaganda extranjera en medios nacionales. La campaña, financiada con 200 millones de dólares, advertía que los migrantes serían «cazados» si cruzaban ilegalmente la frontera. Sheinbaum también lideró negociaciones que lograron posponer los aranceles del 25% a las importaciones mexicanas por un mes, a cambio de un acuerdo: México desplegará 10.000 efectivos de la Guardia Nacional en su frontera y EE.UU. implementará medidas contra el tráfico de armas hacia territorio mexicano. Además, se crearon 35.000 empleos para mexicanos repatriados.