
Estados Unidos y El Salvador han acordado un plan para deportar a delincuentes extranjeros a la megacárcel de El Salvador, conocida como Cecot, que tiene una capacidad para 40.000 presos. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha ofrecido a Estados Unidos la oportunidad de externalizar parte de su sistema penitenciario a cambio de una tarifa anual de 20.000 dólares por preso. Hasta ahora, se han deportado 288 personas, lo que generará unos ingresos de 5,7 millones de dólares para El Salvador. El acuerdo también incluye la posibilidad de deportar a ciudadanos estadounidenses condenados por delitos graves. La Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 ha sido utilizada para justificar las deportaciones, lo que ha generado una batalla entre el Ejecutivo y el sistema judicial.