
España vivió un apagón eléctrico que dejó sin servicio a miles de ciudadanos, incluyendo Portugal, y afectó a servicios esenciales como la red de cajeros automáticos. El Gobierno no ofreció explicaciones claras ni compareció para informar de lo ocurrido, lo que dejó en evidencia una falta de previsión y transparencia. El apagón ocurrió en plena crisis de confianza por las investigaciones judiciales que afectan al entorno del presidente Pedro Sánchez.