
El mando inalámbrico Xbox requiere limpieza regular para mantenerlo en buen estado. Se recomienda utilizar un paño de microfibra humedecido con jabón suave y agua, o toallitas desinfectantes, y frota con firmeza para retirar marcas visibles. La limpieza debe realizarse cada 3 o 6 meses, y se puede utilizar un cepillo de dientes para la zona de los joysticks y botones. Es importante apagar y desconectar el mando antes de limpiarlo y no aplicar líquidos directamente en el dispositivo. Un palillo puede ser útil para llegar a zonas inaccesibles.