
El Sevilla Club de Fútbol se enfrentó al Real Club Celta de Vigo y perdió 3-2, lo que aumentó la tensión entre la afición sevillista. Los aficionados sevillistas se trasladaron a la ciudad deportiva del club para protestar y mostrar su enfado, tirando una valla y vandalizando las instalaciones. El equipo se refugió en el interior y pasó la noche allí, protegido por la policía. El Sevilla publicó un comunicado denunciando los hechos y lanzando un mensaje a la afición.