
En Camboya, país sembrado de minas antipersona, un equipo de baloncesto en silla de ruedas llamado Las Rosas de Battambang simboliza la resistencia. Con más de 4 millones de minas instaladas, se estima que 1 de cada 290 personas ha sufrido la pérdida de una extremidad. El equipo, formado por mujeres víctimas de las minas, ha encontrado en el deporte una forma de recuperar el control sobre su cuerpo y resignificar la pérdida. Con el apoyo de organizaciones como APOPO, que utiliza ratas y perros entrenados para detectar explosivos, el trabajo de desminado ha sido una prioridad internacional desde los años noventa.