
Joaquín Caparrós regresó al banquillo del Sevilla en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, con la directiva presidida por Del Nido Carrasco. El equipo no ganó, pero hubo menos protestas que en el partido contra el Atlético de Madrid. La manifestación antes del partido no tuvo mucho impacto. En el campo, el equipo jugó mal y solo logró un punto, lo que los acerca a su objetivo de posponer el descenso. La plantilla es considerada mala y no tiene recursos para implementar la estrategia de Caparrós.