
Liam Carter encontró un boleto premiado de Euromillones de su madre, Anne, que había fallecido tres días antes del sorteo del 19 de abril. El boleto estaba en un cajón de la cocina con una anotación que decía 'sorteo del sábado, ¡no lo olvides!'. El premio era de 18.000 libras (21.000 euros). Liam planea utilizar el dinero para pagar la entrada de un piso, como su madre siempre había deseado. La historia de Liam es un ejemplo de cómo un premio modesto puede cambiar la vida de alguien para bien.