
Un huésped se hospedó en una propiedad de Airbnb que destacaba por tener un fantasma amistoso llamado Stanley. A pesar de que la presencia de Stanley estaba claramente especificada en la descripción del alojamiento, el huésped se sintió acosado y asustado después de solo una noche y exigió un reembolso completo. El equipo de Airbnb intentó validar la situación con el anfitrión, quien defendió el carácter amigable de Stanley. El CEO de Airbnb, Brian Chesky, reveló que no existe un protocolo establecido para resolver disputas relacionadas con fantasmas.