
La palabra gladiador tiene una historia de 2.500 años, desde su origen en la antigua Roma, donde se utilizaba para describir a los luchadores que combatían en la arena. El primer combate gladiatorio documentado se llevó a cabo en el año 264 a.C. en el foro Boario, organizado por Décimo Junio Bruto Esceva para honrar a su padre. La palabra gladiador proviene del latín gladius, que significa espada, y se cree que tiene un parentesco directo con las antiguas lenguas celtas. Con el paso del tiempo, el término se ha ido adaptando y evolucionando, y en la actualidad se utiliza para describir a los deportistas que transmiten carácter y pundonor. El emperador Constantino mostró su rechazo hacia los combates de gladiadores en el siglo IV, y finalmente, Flavio Honorio Augusto los prohibió en el año 404.