
Casi 3000 personas se presentaron al casting de Operación Triunfo en Madrid, después de una gira por nueve ciudades en mayo y junio. Los aspirantes esperaron hasta cuatro y cinco horas al sol para cantar entre diez segundos y dos minutos ante los jueces, que elegirían quién pasaba a la segunda ronda. La mayoría de los castings no duran más de quince segundos y los jueces son implacables. Un grupo de eliminados considera que el programa se ha vuelto muy comercial y que la gente viene solo por el TikTok que les van a hacer. Noemí Galera, una de las jueces, afirma que necesitan 16 personas y que han visto a 8000 o 9000 presentados, por lo que tienen que decir que no a muchísima gente.