
La infanta Cristina y la infanta Elena han tomado decisiones que han marcado un punto de inflexión en su entorno, tras la denuncia del rey emérito Juan Carlos I a Miguel Ángel Revilla. La Casa Real, encabezada por el rey Felipe VI, se desentiende completamente de los asuntos privados del anterior jefe del Estado. La infanta Cristina intentó disuadir a su padre, mientras que la infanta Elena se ha alineado con él. Esto ha generado un malestar en Zarzuela y ha revelado una división entre las hermanas.