
El Papa León XIV pidió el alto el fuego inmediato en Ucrania y Gaza, y abogó por la paz duradera y justa en Ucrania, llevando en su corazón el sufrimiento del pueblo ucraniano, y también exigió la liberación de todos los prisioneros y rehenes, en su primer domingo como Obispo de Roma, ante unos 100.000 fieles en la Plaza de San Pedro, después de recordar que el 8 de mayo se cumplieron ochenta años del final de la Segunda Guerra Mundial, que causó sesenta millones de víctimas.