
En 1871, el granjero Heurtin y su familia abandonaron seis vacas en la isla de Ámsterdam. A pesar de las condiciones adversas, las vacas no solo sobrevivieron sino que prosperaron, alcanzando los 2.000 ejemplares. Un estudio genético reveló que las vacas tenían una mezcla genética única de 75% de raza Jersey y 25% de cebú. Las vacas desarrollaron una mutación asociada al 'enanismo insular'. En 2010, las autoridades francesas decidieron erradicar a todos los ejemplares por motivos medioambientales.